26 abr 2016

El miedo y la doble moral.

La psicosis nos persigue, nos creemos objetivo predilecto del terrorismo. El autodenominado mundo "occidental" vive permanentemente bajo un estado de temor poco justificado, al menos, quien suscribe así lo ve.

Estos días atrás, mi buen amigo Jesús Tébar, geógrafo y profesor de la Universidad Carlos III, se disponía a dar una charla sobre terrorismo en su calidad de profesor de geografía política. Me pidió que le echase una mano con unos mapas porque había encontrado varios patrones espaciales muy significativos en una base de datos que registraba los eventos terroristas en todo el mundo desde 1970 (National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorism (START). (2013). Global Terrorism Database [Data file]. Retrieved from http://www.start.umd.edu/gtd).

La base de datos es muy interesante, aunque trabajando con ella nos dimos cuenta que le falta bastante trabajo de depuración de datos y, en muchos casos, de geolocalización y normalización, por lo que hay que tomar la información con todas las cautelas. Sin embargo nos permitió establecer, a grandes rasgos, pautas espaciales de cómo, a lo largo de los años, desde 1970, los acontecimientos terroristas se han distribuido por el mundo y esa distribución responde a una lógica teórica que Jesús tenía en mente.

No nos vamos  a colocar aquí en una posición de necedad absoluta de negar que hay amenazas ¡¡¡claro que las hay!!! Las ha habido y las habrá. En mi opinión, y aquí mi colega discrepa totalmente, la causa de esa situación es ese afán expansivo que occidente ha tenido siempre, pensando que lo nuestro es lo mejor y lo válido por delante de otras culturas y formas de vida, el afán por hacernos con los recursos de otros ya que nosotros no los tenemos, o al menos no en la medida que quisiéramos, para cubrir nuestras necesidades de consumo y supremacía económica y política sobre el resto.

La observación de los datos arroja conclusiones interesantes: Europa y Estados Unidos han sido víctimas del terrorismo pero en menor medida que los países del tercer mundo. Hay que tener un poco más de apertura de miras y capacidad de contextualizar las cosas.

Uno de los mapas que Jesús me propuso hacer es la imagen que se muestra a continuación y que corresponde con la densidad de víctimas mortales en atentados terroristas entre 1970 y 2016 (se han incluido los atentados de París y Bruselas, ya que la base de datos abarca hasta principios del año 2015).


Esta imagen refleja a las claras los principales focos de conflicto, desde Perú y Colombia (Sendero Luminoso, M-19, FARC), pasando por la convulsa Centroámerica, el IRA, ETA, la mafia italiana,  el conflicto en los Balcanes, por supuesto, los diversos conflictos en Oriente Medio, Irak, Afganistán, Pakistan e India y los conflictos en territorio africano (Argelia, Libia, Somalia, Sudán, Nigeria, Uganda...). Todo un rosario de acciones terroristas.

Pero en los tiempos recientes sobre todo nos asalta la amenaza del DAESH o ISIS (sin olvidarnos de Al-Qaeda). En el siguiente mapa, elaborado en la plataforma CartoDB con datos de la GTD, pretendimos comprobar la dinámica de este movimiento, grupo terrorista o como se le quiera denominar, cuya actividad empieza a ser palpable sobre 2007, con especial relevancia desde 2010 y llega hasta el momento presente.




En este mapa, dinámico y acumulativo, pudimos observar que la actividad del DAESH está muy centrada sobre todo en Irak y Siria. Esto no quiere decir que, de algún modo, no suponga amenaza alguna para el resto, es obvio que lo es, pero, al menos a nosotros, nos parece que no es la amenaza que se nos vende desde el poder europeo y norteamericano y todo el aparato mediático.

Publicaba EL PAÍS (25/04/2016) un artículo haciéndose eco de unas palabras de Barak Obama en su visita a Alemania, donde se entrevistaba con Angela Merkel: "Obama exhorta a Europa a seguir unida y a gastar más en defensa". Acerca de esto sólo se me ocurren dos cosas: La doble moral de alguien a quien dieron el Premio Nobel de la Paz (sin haber hecho mérito alguno) y lo que significa esto para  impulsar, una vez más, el desarrollo de la industria armamentística. Todo ello a la vez que se infunde el miedo en la población.

Ese miedo que se trata de infundir incluso utilizando a los refugiados y exiliados sirios, con la excusa de que "se nos van a colar terroristas". Es una vergüenza absoluta recurrir a las deportaciones (crimen de lesa humanidad según Naciones Unidas) con semejante excusa y lo aberrante de la situación de en lugar de tratar de poner soluciones a toda esa gente que huye de la muerte y la miseria. Nos auto-proclamamos "solidarios" y al tiempo le damos la patada a gente inocente que a buen seguro estarían mejor en su tierra si no fuera porque desde todas partes se alienta a la violencia por las ansias de poder y se les obliga a huir y tratar de sobrevivir en condiciones inhumanas en campos, más que de refugiados, de concentración.

Miedo y doble moral.


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